08 marzo 2005

Por fin Rumsfield en el banquillo

Esto era de esperar, dos grupos de DDHH declaran contra Rumsfeld ante un tribunal por torturas y malos tratos en Afganistán e Irak.


Las organizaciones de Derechos Humanos estadounidenses Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) y
Human Rights First declararon el pasado martes ante un tribunal federal contra el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, al que acusaron de ser "responsable directo" de las torturas y abusos perpetrados por el Ejército norteamericano en los centros de detención de Irak y Afganistán.

El pleito contra Rumsfeld --el primero y esperemos que no sea el último contra un alto responsable estadounidense por estos hechos-- está siendo examinado en un tribunal federal de Illinois (noreste) por iniciativa de ocho hombres que fueron torturados por fuerzas estadounidenses bajo mando directo de Rumsfeld. Los demandantes intentan que el tribunal declare que las acciones ordenadas por Rumsfeld violan la Constitución estadounidense, los estatutos federales y el derecho internacional.

"El secretario Rumsfeld tiene la responsabilidad directa y última de estos hechos, por autorizar técnicas ilegales de interrogatorio y por eludir su obligación legal de impedir las torturas", declaró ante el tribunal el asesor judicial y director del proyecto para los derechos de los inmigrantes de ACLU, Lucas Guttentag.

Pese a ello, Rumsfeld "no ha respondido de sus acciones", por lo que el actual pleito "pone las culpas donde corresponden, en el secretario de Defensa", añadió. "Desde Abu Ghraib (el centro de detención al oeste de Bagdad en el que se registraron torturas y abusos contra prisioneros), hemos hecho campaña de forma enérgica en favor de una comisión independiente que investigue las políticas de Estados Unidos que han conducido a las torturas y tratos crueles de prisioneros", afirmó, por su parte, el director ejecutivo de Human Rights First, Michael Posner. "Estas peticiones han quedado sin respuesta por parte de la Administración y del Congreso, y en la actualidad, muchos de las políticas ilegales continúan en vigor", añadió.

Los ocho demandantes fueron encarcelados en centros de detención de Irak y Afganistán, en los que, según ACLU, fueron sometidos a torturas y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, entre los que figuran golpes, cortes con cuchillos, humillaciones y agresiones sexuales, ejecuciones fingidas, amenazas de muerte y posturas incómodas forzadas. Ninguno de ellos fue acusado formalmente de crímenes y todos fueron liberados.

Esperemos que este sea el comienzo del fin de la impunidad del ejercito invasor americano y aprenda que la democraia y los derechos humanos son para todos y todas.

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