02 julio 2005

Acabar con la pobreza

Estoy viendo los conciertos de Londes, Filadelfia, Moscú, etc, mientras le doy vueltas al plan estratégico de una fundación que ha solicitado mi colaboración para desarrollar sus actividades de Acción social y Responsabilidad Social Corporativa.

Mientras le doy vueltas al asunto empieza a tocar Sting- "Every breath you take, I´ll be watching you....". Me doy cuenta de que han pasado veinte años. Veinte años desde que Bob Geldorf organizó aquel primer concierto que hizo famosa la cantión "We are the world , we are the children" y muchas cosas han cambiado desde entonces.

Recuerdo que por aquellla época yo trabajaba en Ayuda en Acción y cuando llamaba por teléfono a los periódicos para venderles alguna noticia y me presentaba como miembro de ésta organización alguno de ellos me dijo, "¿ayuda en carretera de dónde?

Si muchas cosas han cambiado y mucho se lo debemos a gente como Geldorf, Mandela o Bono, aunque los verdadaros protagonistas de este cambio han sido los ciudadanos desconocidos. Cuidadanos desconocidos que hace ya 20 años están preocupados y ocupados en acabar con la pobreza, con las diferencias Norte-Sur. Uno de estos ciudadanos que nos vino a visitar por aquel entonces y que sigue estando en la brecha es Pablo Oses. Probablemente a algunos de ustedes les suena su nombre.

Pablo vino a nuestra oficina en la calle Españoleto, cuando Ayuda en Acción era una organización poco conocida y nos explico a Pablo Alcalde y a un servidor qué era eso del 0´7 % y los planes que tenía para darlo a conocer. Más tarde monto la acampada de la castellana que fue todo un éxito.

Bueno, que me estoy perdiendo, a lo que quiero referirne es a cómo ha cambiado nuestra percepción de la realidad de la pobreza y cómo combatirla. Mientras que hace 20 años los conciertos recaudaban fondos entre los ciudadanos e intentábamos sensibilizar a la sociedad, hoy creo que una parte de ese camino está andado. Se que muchos ciudadanos hoy son conscientes de que hay que cambiar esta situación y que sólo con nuestra voluntad no basta. Es necesario que los gobiernos, especialmente los del g-8, pero tambien otros, pongan de su parte.

Sólo podermos hacer un mundo más justo y con más equidad si realmente los gobiernos se implican, si las empresas se implican , si los ciudadanos y ciudadanas les exigimos con nuestros votos, y nuestras compras un cambio de actitud.

Como bien dicen los amigos de la cambaña Pobreza Cero somos la primera generación que puede acabar con la pobreza, y lo vamos a hacer, cada vez somos más.

28 junio 2005

Configuración mínima: Pentium II con Corazón

Cuando a Luis le pre-jubilaron con 58 años, en la compañía telefónica en la que trabajaba, no sabía qué iba a hacer con tanto tiempo libre. Al principio estuvo entretenido, que si papeles, que si ir a ver al nieto, que qué bien no tener ninguna obligación en todo el día. Pero según pasaban las semanas Luis sentía como que le faltaba algo.

Un buen día, mientras mataba el rato surfeando en la Red, encontró algo que le llamó la atención. Vio una página en la que solicitaban voluntarios para reparar ordenadores para ser usados por ONG que trabajaran con personas en riesgo de exclusión. Acto seguido, contactó con el departamento de voluntariado de la Fundación Bip Bip donde le dieron diferentes opciones para colaborar. Una de las opciones era ayudar desde casa haciendo voluntariado on line, esto es: entrando en la Ciudad Bip Bip, una ciudad virtual concebida como una ciudad dinámica, práctica, divertida y útil en la que los voluntarios pueden interactuar con los centros que tienen instaladas Aulas informáticas Bip Bip y sus usuarios.

Asimismo, este proyecto permite prestar ayuda a los demás realizando tareas en los diferentes grupos de trabajo constituidos acorde con las habilidades o formación de cada voluntario, que puede proponer y coordinar grupos o apoyar de forma personalizada a un usuario que necesite determinados servicios profesionales (abogado, trabajador social, psicólogo….).

Pero Luis quería dedicarse a lo suyo, así que prefirió la primera opción, ahora emplea su tiempo en revisar ordenadores “pasados de moda” pero plenamente operativos y les instala software nuevo de Microsoft o Sun Microsystems. Una vez los aparatos están reparados y actualizados, la Fundación los reparte entre diferentes organizaciones que trabajan con colectivos en riesgo de exclusión y llega con éstas a acuerdos por los que se comprometen a poner en marcha un Aula Bip Bip. Un espacio dotado de ordenadores con conexión a Internet, desde el que personas sin recursos reciben formación para su reinserción social y laboral.

En los últimos tres años, los miembros de esta organización han instalado 768 aulas con 4113 ordenadores que han ayudado a 265.284 personas en riesgo de exclusión social a tener más oportunidades en la sociedad actual

Ahora Luis es el voluntario 110 de la Fundación Bip Bip, y está esperando la nueva remesa de ordenadores para arreglar. La Fundación acaba de abrir por cuarta vez su convocatoria pública de cesión de material informático.

El único requisito es que sean Pentium II con corazón.

26 junio 2005

Contra la tortura, GRITA

Amnistía Internacional lanza una nueva ciberacción desde un microsite especialmente creado para esta campaña, en él se nos pide que lancemos un grito a George Bush para pedirle al presidente de los EEUU que tenga un total respeto por los derechos humanos.

El grito se puede grabar directamente desde tu ordenador (si dispones de micrófono) o llamando a un 902 que lo graba. Además de esto, Amnistía enviará una carta a George haciéndole saber tu preocupación por los malos tratos y torturas acaecidos en Irak, Afganistan o Guantánamo.

Así mismo, entre otras muchas cosas, se le pide que apoye la creación de una comisión independiente en el senado de los EEUU con capacidad para investigar las políticas y prácticas de detención e interrogatorios contra la llamada "Guerra contra el terror".

No creo que George vaya a escuchar mi perorata, pero yo me he quedado muy agusto.

Por cierto, no se si lo he dicho antes, pero el domingo tenemos mani.